Luego de la derrota en el Senado, el Gobierno emitió otra declaración amenazante para los gobernadores y puso en veremos el Pacto de Mayo. Hubo cinco gobernadores de origen patagónico que acompañaron el rechazo al DNU. Los mandatarios provinciales recibieron el jueves el borrado del nuevo proyecto de ley Bases.
«Ha llegado el momento en el que la clase política decida de qué lado de la historia quiere quedar», cerró Javier Milei su ya habitual comunicado amenazante luego del medio rechazo al DNU en el Senado. El ministro del Interior, Guillermo Francos, se mostró confiado en que el resultado será diferente en Diputados debido a que es distinta la relación de fuerzas y al diálogo abierto con los gobernadores, encaminado a la aprobación de la ley Bases, del acuerdo fiscal y, por último, del Pacto de Mayo, un camino que quedaría truncado en caso de que no ayuden a validar el decreto.
Fueron cinco senadores provenientes de provincias patagónicas que el jueves acompañaron el voto de rechazo, sobre los que seguro caerá lluvia ácida. Los gobernadores avalaron la decisión de sus representantes o, al menos, los dejaron hacer contra un DNU que los perjudicaba. “Lo acontecido hoy en la Cámara de Senadores de la Nación atenta contra la convocatoria del Presidente”, retrucó el comunicado oficial.
En el entorno de estos gobernadores patagónicos diferenciaban desde el día anterior la sesión especial citada en Diputados por la movilidad jubilatoria con la derogación del mega decreto. La nueva fórmula de actualización de las jubilaciones es un tema nacional que entienden no los afecta y que además está incluido en el nuevo proyecto de ley Bases, por lo que podrán discutirlo en el recinto. En cambio, el DNU los toca directamente en cuestiones como tarifas, subsidios, producción regional y propiedad de las tierras, entre otras cosas.
En los últimos días, la Casa Rosada comenzó a recibir gobernadores, en una faceta dialoguista que es hasta hace poco se le desconocía. Así, el ministro Francos recibió antes del inicio de la sesión especial en Diputados al gobernador radical de Mendoza, Alfredo Cornejo, quien salió con el anuncio de que al otro día se repartiría el proyecto de nueva ley Bases entre mandatarios provinciales y jefes de bloque legislativos, tal como se había comprometido. Ayer, en paralelo a la sesión en el Senado, el recibido en Gobierno fue el gobernador de Neuquén, Rolo Figueroa, quien no sólo conversó con Francos sino también con el jefe de Gabinete, Nicolás Posse. Toda una rareza. Pero el gesto, agónico, no resultó suficiente para evitar la dolorosa derrota en la Cámara alta.
«¿Por qué votan en contra los senadores del sur? ¿Habrán pensado que están empoderados porque esta semana aparecieron mucho en la prensa?», se preguntaba anoche la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en un razonamiento bastante particular. Los representantes santacruceños José Carambia y Natalia Gadano, la rionegrina Mónica Silva, la chubutense Edith Terenzi y la neuquina Lucila Crexell quedaron bajo el escrutinio del oficialismo, que suele ser impiadoso con los «traidores», como consideran a la oposición dialoguista que les vota en contra.
Los gobernadores imaginaban que tal vez les lloviera alguna nueva represalia. En Santa Cruz, por ejemplo, el gobernador Claudio Vidal, quien ayer recibió al embajador de Estados Unidos, Marc Stanley, aguardaba que desde Buenos Aires enviaran la plata para pagar sueldos en los Yacimientos de Río Turbio, sino probablemente habría problemas. La reacción del Gobierno luego de la votación hacía sembrar el pesimismo. YCRT está en la lista de empresas a ser privatizadas.
Los gobernadores patagónicos fueron la excepción en un panorama extremandamente cuidadoso, en momentos que los mandatarios provinciales tratan de conseguir que la ley Bases y el acuerdo fiscal se adapten a sus necesidades. El Presidente, ya lo demostró, es de enojarse muy fácil. El gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, quedó posicionado a la cabeza de la lista negra presidencial luego del fracaso de la ley Omnibus original. Ahora, Llaryora intervino personalmente para que los diputados cordobeses no faciliten el quórum el miércoles en Diputados y, ayer, la senadora Alejandra Vigo, esposa del ex gobernador Juan Schiaretti, se recibió de contorsionista verbal para explicar porqué se abstendría en la votación por el DNU. Sus dos compañeros de bloque -el correntino Camau Espínola y el entrerriano Edgardo Kueider- votaron en contra. Otra anomalía cordobesa.
Desde ayer, los gobernadores se encontraban enfrascados a analizar el nuevo articulado propuesto por el Ejecutivo para hacerle llegar sus sugerencias. Obviamente, no les será fácil conseguir interlocutores si no siguen al pie de la letra las condiciones oficiales. El ministro Francos no se animó a ser taxativo en cuanto a que la validación del DNU en Diputados era condición para que el Pacto de Mayo -y con él el financiamiento para las provincias- siga en pie. «Si se cae el DNU es un escollo muy importante en el camino al Pacto», concluyó.
El Destape