La mamá de la joven asesinada en Mar del Plata espera el inicio del juicio que será el próximo martes. “El Estado tiene que controlar a ese poder judicial que hace lo que se le da la gana”, afirma.
“Es lo que nos toca y es lo que tenemos que hacer”, dice Marta Montero a Tiempo Argentino desde Mar del Plata, donde el martes 7 de febrero comenzará un nuevo juicio por el crimen de su hija, Lucía Pérez, asesinada el 8 de octubre de 2016. “Hay que empezar todo de nuevo. No es fácil”, agrega.
Lucía Pérez tenía 16 años cuando fue asesinada. Su crimen impulsó el primer paro de mujeres en la Argentina cuya manifestación fue multitudinaria. Sin embargo, dos años después, en noviembre de 2018, los jueces Esteban Viñas, Facundo Gómez Urso y Aldo Carnevale, del Tribunal Oral en lo Criminal 1, absolvieron a Matías Farías, Alejandro Maciel y Juan Pablo Offidani, los femicidas de Lucía que hoy cumplen una condena de ocho años de prisión por vender estupefacientes.
Tanto la fiscalía como la querella apelaron el fallo y en agosto de 2020 el Tribunal de Casación bonaerense revocó ambas absoluciones, dispuso la nulidad del primer juicio y ordenó la realización de uno nuevo. La resolución la confirmó la Corte en 2021 y en mayo de 2022 se definieron los detalles para este nuevo proceso donde tanto Farías como Offidani están imputados por el delito de “abuso sexual con acceso carnal agravado por el suministro de estupefacientes seguido de muerte, en concurso ideal por femicidio”.
Para llegar hasta este segundo juicio, la familia de Lucía tuvo una lucha larga, extenuante y desesperante.
–Comienza un nuevo juicio por el asesinato de Lucía, ¿cómo llegás como mamá?
–Es dificilísimo. Cualquiera de las madres que hemos transitado por todo esto, sabemos que ninguna escapamos a nada: el dolor que se sufre, el dolor que se tiene. Desde la muerte de tu hija hasta implorar justicia y trabajar para que esa justicia funcione, es poco menos que terminar en la locura. Creo que las mujeres sabemos cómo hacer las cosas, y sabemos cómo trabajar para que esto no nos demuela, y algunas sobreviven y otras quedamos en el camino. Nos pasan enfermedades, nos pasa la vida de nuestros hijos, de nuestras parejas, nos pasa todo porque tampoco nos importa nada del resto. No lo miramos porque es más importante ese dolor de no tener ni justicia. Entonces se van perdiendo cosas en el camino que nunca más recuperarás. O sea, aparte de perder tu hija, perdés familia, perdés amigos, perdés pareja, perdés la vida… Tu vida quedó caducada el día que te mataron a tu hija.
–Y la justicia ¿puede ser un consuelo?
–Sí. Porque te matan una hija o un hijo y vos sos una sobreviviente a lo que te queda de vida. Si vos me dijeras, bueno, tengo justicia como corresponde, no me tengo que ocupar de nada sólo de ir a las audiencias, pero no. Ese es el poder judicial y toda la mafia que hay alrededor. Es terrible. Es una película de terror la que vimos las madres que nos matan a nuestros hijos.
–¿Qué marcó el crimen de Lucía en Mar del Plata?
–No sé si cambió a la sociedad, pero a la Justicia sí la cambió, estoy segura. En la sociedad hay gente que le interesa y hay gente que no. A veces la gente cree que, porque caminamos, porque salimos en los medios, porque hablamos estamos bien. No es así. Salimos porque no nos queda otra. No todo el mundo se solidariza con la pérdida de un hijo. No sé si la sociedad toma conciencia de lo que es, de lo que pasa y de lo que significa que te maten un hijo.
–¿Se habla de otra manera de la violencia contra las mujeres en los últimos años?
–Se debate mucho. También hay muchos programas de ayuda, pero no alcanzan. Todavía nos falta muchísimo como sociedad. Hay un machismo arraigado y horrible que sigue existiendo y hay que abordarlo culturalmente. Cuando la mujer va a hacer la denuncia es tarde. Hay que trabajarlo antes para que esa denuncia ni exista. Cuando la mujer denuncia ya atravesó todo el camino, ya lo padeció o si no la mataron. Y ese tipo si no la mató a ella, matará a otra. Porque el tipo violento y golpeador no cambia. Y no hay edades, por eso lo hablamos de lo cultural.
–¿Qué pasa con el rol del Estado?
–Es que llega tarde. Llega a un acompañamiento. Tenemos que buscar desde abajo el problema. En el mes que llevamos ya son 27 mujeres muertas y acá no hay ministerio que valga. Tiene que haber muchos más estamentos para que todos se pongan a trabajar y se forme una mejor sociedad. También la justicia debe funcionar, las condenas deben funcionar, vos mataste a una mujer y vas de por vida a la cárcel. Pero no pasa eso nunca, tenés que andar mendigando que se cumplan las condenas, entonces dónde está la Justicia. El Estado tiene que controlar a ese poder judicial que hace lo que se le da la gana.
–En marzo, a días de que termine este juicio, se los jueces que absolvieron a los femicidas de Lucía enfrentarán un jury de enjuiciamiento, ¿cómo lo lograron?
–Trabajamos cuatro años con este jury, fue un logro de la familia, pero también de todos los que estuvieron y nos acompañaron. Fue un gran logro social que nosotros y la gente que menos tiene, que menos puede, que se la vulneró podamos tener dos jueces apartados por un femicidio que no quisieron ver como tal. Y por una manera espantosa en la que ningunearon lo que le hicieron a Lucía, para dejarlos libres a esos tipos. Creo que debemos sentirnos orgullosas de llegar a este lugar y en este momento en que estamos. Esa audiencia será de presentación de pruebas y ahí se verá si son inocentes o culpables. Yo pido que se los eche. No hay otra manera de conjugar este verbo. Los jueces no pueden jugar con las personas como si fuésemos gente que tuviésemos menor valor. Esto es un gran logro de todas las que luchamos.
–¿Qué esperás de este proceso?
–Que se juzgue como corresponde, con perspectiva de género, como el femicidio que fue. Y que sea visto por lo que le hicieron y de la manera que mataron a Lucía que era una criatura. Lo único que pido es que se haga justicia para ella, como debe ser, con las reglas del derecho que le corresponde. Nada más que eso pido. «
Cómo será el juicio que comenzará el martes
El juicio tendrá 49 testigos a lo largo de las jornadas de debate que se extenderán hasta el 1 de marzo. Los imputados pidieron seguir las audiencias por videoconferencia. El proceso no será televisado con excepción de la primera y última jornada. La cantidad de testigos es menor al del primer juicio ya que uno de los imputados, Alejandro Maciel, (también absuelto en 2018) murió en julio de 2020.
En la primera jornada del martes hablarán los papás de Lucía, Marta Montero y Guillermo Pérez. Durante la primera semana se estima la declaración de alrededor de 20 personas.
En las últimas horas del viernes, estaban definiendo el vallado del juzgado en cuyo segundo piso se realizará el juicio. La familia de Lucía había pedido en forma expresa que no se valle el lugar.
El debate comenzará el martes a las 9 de la mañana en el Tribunal Oral en lo Criminal N°2 de Mar del Plata y se desarrollará durante 15 días hábiles. Estarán a cargo los jueces Gustavo Fissore, Alexis Simaz y Roberto Falcone.
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