«No quiero ser el secretario del pan negro», le transmitió a sus colaboradores el titular de Agricultura, Juan José Bahillo, una declaración que recuerda la experiencia que se dio con Juan Domingo Perón en 1952, cuando se mezcló la harina común con harina de mijo.
Mientras que nutricionalmente hoy se favorece el consumo de salvado, semillas y harinas integrales, el recuerdo del llamado «pan cabecita» no es apto para un año electoral.
Por la menor cosecha a partir de la sequía, el Gobierno negoció con la cadena del trigo el abastecimiento interno y se postergaron los embarques por un año, con aval del sector privado.
Se negociará lo mismo con el maíz, para garantizar no sólo la disponibilidad de producto sino que no impacte en la inflación, donde los datos de enero no acompañan los objetivos oficiales.
Las frutas, verduras y carnes pegaron en el arranque del año en alimentos, que según el dato del IPC porteño se mantuvo por arriba del 6% pese a los Precios Justos.
El Cronista