EVITA Y LOS CUIDADOS: EL ROL DE UN SECTOR ESTRATÉGICO EN LA ECONOMÍA Y QUE ES CLAVE PARA MEJOR LA CALIDAD DE VIDA

Las tareas domésticas y de cuidado representan el 16% PIB en el país. Son las únicas que no se pagan y que, paradójicamente, no se pueden dejar de hacer. Hace más de 70 años Evita plantaba ya la necesidad de su reconocimiento. 

“Nadie dirá que no es justo que paguemos un trabajo que, aunque no se vea, requiere cada día el esfuerzo de millones y millones de mujeres” la frase tiene más de 70 años y forma parte del libro La Razón de Mi Vida de Eva Perón. Ya por entonces quien hoy es recordada en un nuevo aniversario de su desaparición física, planteaba que un tema usualmente asociado al ámbito privado debía ser parte de la agenda pública y de la política económicas del país. No es casual, ya que se trata del sector que más aporta a la economía: representa el 16% del PIB, por arriba de la industria y el comercio, según datos del Ministerio de Economía nacional. 

La vida de esas mujeres “se gasta en esa monótona pero pesada tarea de limpiar la casa, cuidar la ropa, servir la mesa, criar los hijos, etc.”, añadía Evita para referir a lo que hoy se conoce como tareas domésticas y de cuidados no remuneradas. De acuerdo a información oficial, las mujeres dedican el doble de tiempo que los hombres a esas tareas (realizan más del 75%) y tienen en consecuencia menor disponibilidad para insertarse en el mercado de trabajo. De hecho, cuando lo logran, lo hacen en peores condiciones con mayores niveles de informalidad, trabajando menos horas, en sectores con salarios más bajos y ocupando puestos de menor jerarquía. 

“La diferencia entre las tasas de participación de las mujeres y las de los varones en el mercado laboral es de a 19,7 puntos porcentuales. Esto se relaciona con la asimetría en la distribución de los trabajos no remunerados que impacta en las posibilidades de estudiar, trabajar y desarrollarse”, detalló el informe Políticas para la Igualdad de la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género (DNEIyG) de Economía. Además detalló que la brecha de ingresos llega al 22,5% entre varones y mujeres, y se agranda al 34% en los sectores informales, lo que se traduce, por su parte, en brechas financieras “en especial para los sectores vulnerables, quienes a menudo deben endeudarse en condiciones desfavorables”. 

El Destape

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