El trabajo infantil es un emergente de la falta de acceso a derechos de niñas y niños y no es, de ninguna manera, un acto de libertad sino que constituye un delito.
Desde el ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires repudiamos enfáticamente las declaraciones del diputado nacional por la Libertad Avanza, Alberto Benegas Lynch, en las que expresa que “la libertad también es que si no querés mandar a tu hijo al colegio porque lo necesitás en el taller, puedas hacerlo”, por tratarse de una violación a la consagrada en la LEN 26206, que dispone la obligatoriedad de la educación en la Argentina, que como derecho fundamental se encuentra establecida en la Constitución Nacional, en la de la provincia de Buenos Aires y en la Convención de los Derechos del Niño.
En lo que respecta al trabajo infantil como problemática social y, en consecuencia, como asunto del Estado y sus políticas públicas, es necesario afirmar el compromiso de la sociedad en su conjunto para abordar el tema integral considerándolo un flagelo social que no debe naturalizarse.
En este sentido, la provincia de Buenos Aires, con el gobernador Axel Kicillof a la cabeza, asumió y asume el desafío y la responsabilidad de diseñar y ejecutar políticas públicas específicas para prevenir y erradicar el trabajo infantil en todas sus formas, que den respuesta no sólo a este problema, sino también, que permitan dar las discusiones en todos los ámbitos que sean necesarios, para garantizar infancias libres y trabajo digno para las personas adultas, un eslabón imprescindible para la erradicación del trabajo infantil.
Las leyes que el pueblo argentino conquistó a lo largo de su historia, no sólo garantizan el derecho de niños y niñas a la educación, sino que a su vez, aseguran el derecho de las infancias a no trabajar.
Las políticas individualistas y meritocráticas, propias del liberalismo a ultranza que persigue el Gobierno nacional profundizan la desigualdad social y cercenan el acceso a derechos para nuestros pibes y nuestras pibas en función de su origen social y económico. La libertad que Benegas Lynch propone se encuentra en el lado opuesto a lo que la sociedad argentina ya consagró y forma parte de los más altos valores que promueve.
El trabajo infantil es un emergente de la falta de acceso a derechos de niñas y niños y no es, de ninguna manera, un acto de libertad sino que constituye un delito.
WALTER CORREA, Ministro de Trabajo, Presidente de la COPRETI
NICOLÁS VIÑEZ, Secretario General de la COPRETI
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