DEL FONDO DEL MAR AL AULA: LA CONEXIÓN EN VIVO ENTRE EL BUQUE DEL CONICET Y UNA ESCUELA PÚBLICA

La iniciativa surgió mucho antes que la expedición científica del Schmidt Ocean Institute se convirtiera en furor. Se concretó el viernes en una escuela de Camarones, en Chubut. Una experiencia comunitaria y hasta un álbum de figuritas listo para descargar.

En medio del furor por la transmisión en vivo desde el buque del Schmidt Ocean Institute, donde viajan las y los científicos del Conicet que exploran el cañón submarino de Mar del Plata, hubo una conexión especial. Fue una charla en vivo y en directo con estudiantes de una escuela primaria pública de la Patagonia. La actividad, inicialmente pensada para quinto y sexto grado, se organizó mucho antes que el streaming oceánico se viralizada. Y terminó cautivando a toda una comunidad.

“Era solo para alumnos, pero de repente se prendió todo el mundo. La gente se fue enterando y se sumaron madres, padres, hermanos, maestras. Eran más de 50 personas –contó Mariana Cassini, coordinadora del Proyecto Patagonia Azul de la Fundación Rewilding Argentina– Es un montón, en un pueblo de menos de 2000 habitantes”. Según el Censo 2022, en la localidad Chubutense de Camarones viven 1634 personas.

La conexión con el barco del momento se dio en la Escuela Primaria N° 16, el viernes por la tarde. Ese mismo día el equipo docente les explicó a chicos y chicas lo que pasaría. La mayoría ya estaba en tema: habían visto imágenes submarinas con sus familias, desde sus casas. Por caso, ya estaban familiarizados con la célebre estrella naranja, tan parecida al personaje Patricio de Bob Esponja. Pero el encuentro virtual tendría un condimento extra: podrían hacer sus propias preguntas a uno de los científicos embarcados.

 ¿Vieron algo gigante?
– ¿Les cuesta dormir?
– ¿Están cerca del Titanic?

Papelitos con preguntas y tecnología de punta

Las preguntas fueron escritas con lapiceras en papelitos recortados. Ciencia y tecnología mediante, dieron lugar a las respuestas del biólogo Martín Brogger, uno de los científicos argentinos que tripula el buque y analiza las imágenes que capta el robot submarino a 3900 metros de profundidad. El investigador del Conicet es un asiduo visitante de la localidad chubutense, porque realiza tareas de monitoreo de aves costeras en las islas al norte del golfo San Jorge. Por eso su vínculo con esa comunidad.

“Es un científico amigo que viene mucho a la zona. A principios de junio nos contó que iba a estar en el barco y organizamos la actividad. Me parecía una re buena oportunidad para la escuela, pero no pensé que tendría tanta repercusión”, comentó Cassini. “La experiencia en un principio la presentó la Municipalidad de Camarones y Patagonia Azul. A nosotros nos pareció súper interesante y dijimos que sí de inmediato. Cuando comenzó la conexión los chicos querían hacer mil preguntas. La atención con la que escuchaban nos emocionó a todos. Fue una experiencia única”, definió Andrea Luna, directora de la Primaria 16.

– ¿Encontraron alguna especie nueva?
– ¿Extrañan a sus familias?
– ¿Qué comen?

Curiosidad submarina

Antes de la transmisión hubo una clase explicativa y un juego con sonidos oceánicos, para ambientar el encuentro. Luego, chicos y chicas –en su mayoría de 10 y 11 años- escribieron sus dudas. “Preguntaban cosas muy tiernas. Si extrañaban a su familia, si había animales que hacían luces –por los bioluminiscentes-, cuál es la especie más rara; muchos preguntaban cómo es estar lejos de casa. Después nos quedamos charlando y preguntaban cómo se hace para estar ahí”, repasó Cassini.

El interés que despertó la misión subacuática en infancias y adolescencias ya había quedado claro en el chat de las transmisión en vivo. Entre esos mensajes se viralizó el de Pedro, un nene de 11 años que quería saber qué debía estudiar para vivir una experiencia semejante. Todo un logro, en medio del ninguneo y el desfinanciamiento al saber universitario y la labor científica.

“También vinieron algunos jóvenes de 20-21 años y creo que generó interés en esa edad. Lo que están haciendo los investigadores está causando que un montón de gente que nunca en su vida ni pensó en el Mar Argentino ahora le preste atención”, remarcó Cassini, quien lleva años de trabajo fomentando la conservación marina. “Es una locura y me genera mucha felicidad que de repente mucha gente que no le prestaba atención al tema por desconocimiento ahora esté mirando los animales del fondo del mar. Ojalá que siga y que se haga en otras zonas. Un aplauso enorme a los investigadores del Conicet”.

Hay futuro

En junio, cuando se organizó la actividad con la Primaria 16 de Camarones, el nivel de difusión que alcanzó la expedición era impensado. El 1° de agosto, cuando se concretó, las y los científicos a bordo ya habían tenido que poner un freno a los requerimientos de entrevistas mediáticas, desbordados por el interés que causó su trabajo desde el fondo del mar.

En el medio, el streming submarino había dado la vuelta al mundo y superado en espectadores en simultáneo en YouTube a los principales canales de noticias del país, como TN, C5N y La Nación+, cuando en paralelo cubrían la agenda política.

“Sin dudas llamó la atención –había dicho Brogger a Tiempo, cuando la pasión por la misión submarina empezaba a aumentar- Desde el primer día de transmisión en vivo, cientos de personas comenzaron a seguir las inmersiones del robot submarino con mucho entusiasmo, incluyendo docentes, estudiantes, colegas científicos y público general. Para todos ellos, así como para nosotros, fue la primera vez que pudieron ver en tiempo real el fondo del mar argentino a más de mil metros de profundidad”.

“La transmisión en vivo –explicó por entonces- fue pensada como una herramienta de divulgación científica, para abrir las puertas de esta expedición y compartir el conocimiento mientras se genera. Queremos que la sociedad se acerque al trabajo que hacemos, entienda por qué es importante estudiar el océano profundo y se maraville con la biodiversidad que aún nos queda por descubrir. El interés que despertó nos confirma que hay una gran necesidad y deseo de conectar con la ciencia de forma directa y accesible”. El entusiasmo que causó en la escuela apunta en el mismo sentido.

Y esto recién comienza. Así como el material recabado servirá para años de investigación académica, se traducirá también en material educativo a nivel escolar. Según indicó el Conicet, entre las actividades planificadas en relación a la expedición “el equipo espera generar modelos 3D de especies emblemáticas y producir material educativo para escuelas, museos y clubes de ciencia”.

Un álbum de figuritas listo para descargar

Para seguir fomentando el interés que genera la expedición submarina entre infancias, investigadores del Conicet crearon un álbum de figuritas sobre las especies encontradas durante el streaming sobre el Mar Argentino.
La ficha educativa se puede descargar de Internet, a partir de una iniciativa del Grupo de Estudios del Mar Profundo de Argentina (GEMPA) y el Proyecto Ambiental Escuela.
El documento incluye dibujos, cuestionarios y propuestas lúdicas para quien quiera jugar a convertirse en explorador del cañón submarino de Mar del Plata.

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