La batalla contra el coronavirus no solo se libra en los hospitales, ¿por qué es importante quedarse en casa? Para evitar el colapso de los hospitales, es fundamental el papel activo de los ciudadanos.
En la lucha contra el coronavirus, el frente de batalla no solo está en hospitales y centros sanitarios, sino también en la vida diaria de cada persona. Las regiones más castigadas por la enfermedad están luchando para evitar el colapso sanitario.
La tasa de letalidad del nuevo coronavirus está muy relacionada con la calidad del sistema sanitario y su capacidad hospitalaria. Si se colapsan los hospitales, este índice se dispara entre los casos más graves, que pueden verse privados de sistemas de respiración mecánica o unidades de soporte vital. Es la conclusión de un artículo publicado en la revista especializada The Lancet.
En el horizonte más inmediato, las preocupaciones se centrarán en proteger a la población más vulnerable y al personal sanitario. Ello implica medidas excepcionales, empezando por reducir la movilidad todo lo posible. Quedarse en casa es la prevención más efectiva en situaciones de alerta epidemiológica.
Existen otras medidas que pueden tomar los ciudadanos para contribuir a esa ralentización del contagio de la enfermedad. Puede parecer que se trata de actos pequeños, pero su efecto a nivel global es importantísimo. Algunas de ellas son lavarse constantemente las manos, evitar saludarse estableciendo contacto físico, mantener una distancia de seguridad entre personas de al menos un metro, evitar tocarse la cara y toser en el codo.
La OMS estima que la tasa de contagio (R0) del virus es de 1,4 a 2,5, aunque otras estimaciones hablan de un rango entre 2 y 3. Esto quiere decir que cada persona infectada puede a su vez infectar a entre 2 y 3 personas. El objetivo es llevarlo hasta una cifra inferior a 1, para que a la larga pueda ser erradicado. La única manera de lograrlo, según la experiencia china, es evitar en todo lo posible los contactos sociales.
Cuanto peor es la situación, mayor es la necesidad de distanciamiento social. La experiencia de China indica que, cuanto antes se impongan estas fuertes medidas, menos tiempo habrá que conservarlas después, más fácil será identificar los casos positivos y menos personas se infectarán.
Esto es lo que Wuhan tuvo que hacer, y lo que después Italia también se ha visto obligada a aceptar. Cuando el virus circula entre las personas sin freno, la medida más efectiva sería cortar radicalmente la propagación en todas las áreas de infección.
Fuente: RTVE