En el día hoy, se vieron afectados los servicios locales e interurbanos de la Línea Roca en las cercanías de la estación Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, ex Avellaneda, al ser invadidas las vías por un grupo de trabajadores y extrabajadores tercerizados del ferrocarril, que obstruyeron el paso de los trenes hacia y desde Plaza Constitución. Esta medida que comenzó en la media mañana, continuó por espacio de 8 horas, por cuanto ni la justicia y ni las fuerzas de seguridad nacionales tomaron acciones para que sea despejada la zona, lo que provocó que los pasajeros se agolparan frente a los accesos de la estación Constitución que habían sido cerrados por la falta de servicio, lo que constituye, a su vez en un foco importante de contagio en donde la cantidad de más de 100.000 muertes por Covid-19 parece que no resulta importante a la hora de tener que medir resultados.
Esto provocó la ira de la gente, que rompió alguna de las puertas y decidió ingresar por la fuerza, cosa que no fue impedida por la seguridad del personal del lugar.
Esta situación que se viene dando últimamente en forma reiterada, es producto de la desidia que existe por parte de la justicia que se mantiene inactiva ante estos atropellos, que no hacen más que causar impedimento del normal servicio público del transporte ferroviario y el deterioro de instalaciones que todos debemos mantener.
Si bien la protesta como tal de los tercerizados es lícita, el hecho de la obstrucción de un servicio público en áreas, que a su vez, son de riesgo y de acceso restringido por parte de los manifestantes, constituyen en sí mismas, un acto ilícito en lo que respecta al impedimento del normal funcionamiento de los trenes y a la libertad que tienen los pasajeros para poder desplazarse de un lugar a otro.
Esta situación era de conocimiento previo, por lo que ni la justicia y ni las fuerzas nacionales tomaron acciones preventivas para evitar el corte de las vías, y la demora de 8 horas en tomar una decisión por parte del juez resulta inexplicable desde todo punto de vista en que uno vé cuando en otras instancias se opera con muchísima más celeridad.
Darío Fumagalli – Trenes por Siempre