El presidente recibirá el martes en la Casa Rosada a los representantes de cada sector. La agenda se mudó al barrio de Constitución y alteró el armado electoral libertario.
Después de casi un año y medio de brillo y fantasía, la burbuja del idílico mundo libertario se pinchó. Por primera vez desde su llegada al Sillón de Rivadavia, el gobierno de Javier Milei no logra acomodarse en un presente que lo mantiene deliberadamente apartado de los reflectores del tumultuoso escenario político que desde hace más de una semana tiene como única protagonista a Cristina Fernández de Kirchner.
La condena a la dos veces presidenta y la reorganización de un peronismo que semanas atrás parecía abatido, puso en jaque los planes de un oficialismo que, como quedó a la vista tras la decisión del máximo tribunal, no tiene injerencia alguna en las decisiones que toma el poder real. Sin su principal rival política en la cancha electoral, los arquitectos del relato libertario se vieron obligados a reconfigurar su estrategia de cara a los próximos comicios, situación que incluye la elección de un nuevo candidato para la tercera sección, donde estaba previsto que compitiera la ex vice.
Sin un discurso que logre imponerse en una agenda dominada por el justicialismo, esta semana el gobierno se vio obligado a ensayar muestras de independencia mediática para intentar retomar la centralidad. Además de la entrevista que el presidente brindó a Esteban Trebucq luego de su viaje de diez días por Europa, el martes el legislador electo y vocero presidencial, Manuel Adorni, retomó sus conferencias de prensa después de más de dos semanas sin presentaciones formales.
A la misma hora, Karina Milei encabezó una reunión de la denominada mesa chica que conforman el jefe de gabinete, Guillermo Francos; el asesor Santiago Caputo; el armador Eduardo “Lule” Menem y el viceministro del Interior, Lisandro Catalán, donde expuso los lineamientos del futuro político de una gestión atravesada por la condena de la titular del Instituto Patria. Una serie de eventos ¿afortunados? que exponen la desesperación del oficialismo por retomar el control de la agenda que empieza a ser cada vez más escurridiza.
En este marco, desde el gobierno se ocuparon de reactivar en tiempo récord el postergado Pacto de Mayo. Aquel decálogo, que el presidente insistió en firmar hace un año, en la helada madrugada del 9 de julio de 2024 en la Casa histórica de Tucumán, tiene como propósito la conformación de un organismo multisectorial para avanzar en la ejecución de propuestas semirefundacionales que permitan al oficialismo llevar adelante reformas estructurales que, de otra manera, no podrían implementar por su escasa presencia legislativa.
Para ello, el oficialismo dispuso que el Consejo esté compuesto por representantes de todos los sectores que integran el ecosistema público-privado del país. De esta forma, el próximo martes a las 9 de la mañana Guillermo Francos recibirá en el Salón de los Escudos al ministro de Desregulación y Transformación, Federico Sturzzeneger; el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, en representación a las 24 provincias; el diputado Cristian Ritondo y la senadora Carolina Losada como enviados del Congreso; el secretario general de la UOCRA, Gerardo Martínez por los sindicatos; y el presidente de la UIA, Martín Rappallini, por el empresariado.
Según pudo saber este medio, este primer encuentro tiene como propósito comenzar a delinear las bases y condiciones de la deseada reforma laboral que el Ejecutivo busca poner en marcha desde el reformista decreto 70/2023. En este sentido, la propuesta del gobierno volverá a recostarse en la modificación de la Ley de Contrato de Trabajo (20.744), con la que buscarán reducir la participación del Estado en los acuerdos paritarios, y en eliminar la obligatoriedad del pago de la cuota solidaria a cada sindicato, un golpe contundente a la recaudación de los diferentes gremios.
Desde la CGT ya dejaron saber en más de una ocasión su rechazo a estas propuestas, por eso será clave el desarrollo de las negociaciones que lleve adelante la central sindical en medio de los cada vez más sonoros reclamos de las bases a sus representantes.
La primera gran cumbre del Consejo se dará en el inicio de la cuenta regresiva para el cierre de listas bonaerenses, fechado para el próximo 19 de julio. La consolidación de La Libertad Avanza en la Ciudad de Buenos Aires no bastó para someter al PRO a los deseos incuestionables de Karina y su armador bonaerense, Sebastián Pareja, quien trabaja día a día para imponer a los propios, incluso en territorios dominados por el partido amarillo. Mientras tanto Cristian Ritondo, embajador de Mauricio Macri en la Casa Rosada, hace equilibrio entre las presiones de la hermanísima y un puñado de intendentes que no están dispuestos a ceder su hegemonía en los territorios.
El planteo quedó expuesto esta semana en la reunión que Soledad Martínez, intendenta de Vicente López, mantuvo con el titular del PRO bonaerense. Allí, la sucesora de Jorge Macri blanqueó la conflictiva convivencia entre amarillos y violetas, quienes pese a querer concretar un acuerdo macro, corrompen los planes de los ejecutivos municipales en los concejos deliberantes. La queja se replica en boca de Pablo Petrecca (Junín); Javier Martínez (Pergamino) y María José Gentile (9 de julio). Algo más que el descontento hermana a los jefes comunales: todos responden al teléfono de Jorge Macri, integrante VIP de la lista de personas no gratas que acumula Karina.
La conflictiva elección porteña, que tuvo a libertarios y macristas en boletas separadas, marcó un antes y un después para la secretaria general de la presidencia. La decisión del bonaerense devenido en alcalde de desdoblar los comicios y sumar a su equipo de campaña al asesor Antoni Gutiérrez-Rubí provocó la ira de El Jefe, quien desde aquel momento dejó en claro que no está dispuesta a sumar a ninguna de las facciones del jorgemacrismo a la mesa de discusión.
Ritondo lo sabe. Por eso hay quienes cerca del diputado dicen que caminar en un campo minado sería más amable que la escritura de los nombres para las listas de los 135 municipios.
Con más esperanzas que certezas, dentro del gobierno anhelan que el paso del calendario y el impostergable cierre bonaerense corra del prime time al balcón de la ex vicepresidenta. Sin intenciones de colaborar con el tratamiento mediático del caso, en el oficialismo buscarán esquivar con cada vez más vehemencia el tema para intentar marcar el sendero de un presente que los tiene desdibujados. «
Tiempo