DENUNCIAN QUE LA CIUDAD AVANZA SOBRE LA RESERVA ECOLÓGICA CON LA CONSTRUCCIÓN DE UN POLO GASTRONÓMICO

Los negociados entre el rectorado de la UBA, controlado por Emiliano Yacobitti de Juntos por el Cambio y Rodríguez Larreta, avanzan con locales gastronómicos en un lugar prohibido que pondría en peligro el ecosistema del lugar.

Transformar el espacio público en un bien privado es una de las características principales de la gestión porteña que comanda Horacio Rodríguez Larreta. Pero cuando además de ocupar esos lugares públicos se avanza sobre sectores sensibles, que al ser modificados alteran su entorno y afecta el ambiente, el hecho es aún peor.

Desde que Emiliano Yacobitti, actual diputado de Juntos por el Cambio, desembarcó en el rectorado de la UBA, la casa de altos estudios y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires comenzaron a emprender distintas iniciativas conjuntas. En febrero de este año, Tiempo advirtió sobre uno de esos emprendimientos: La UBA inició las obras de pavimentación de un espacio verde con la venia del GCBA. El objetivo es talar tres árboles centenarios para construir un edificio. Pese a la resistencia de vecinos y vecinas, las obras avanzan en la esquina de Uriburu y Viamonte del barrio de Balvanera.

Ahora la Ciudad avanza con la construcción de dos restaurantes, baños y un centro de interpretación en la Reserva Ecológica. Hay obreros que trabajan de lunes a sábado durante todo el día, ya que, el objetivo, es inaugurar parte de las obras en medio de la campaña electoral. Los proyectos que lleva adelante el GCBA son iniciativas inconsultas que se realizan sobre una zona intangible que concentra la mayor biodiversidad de la Ciudad de Buenos Aires. Ante esta situación, estudiantes, docentes y especialistas de la Universidad de Buenos Aires, conformaron la Asamblea en Defensa de la Reserva Ecológica de la Ciudad Universitaria. El proyecto de instalar un polo gastronómico en medio de la Reserva viene de la mano con la iniciativa del Distrito Joven, otro negociado impulsado por el ejecutivo porteño para toda la costanera. En ese sentido, ya cerraron varios paradores que eran de acceso libre al público para instalar pequeños bares.

“Nos enteramos por un correo interno de la Facultad que quieren construir dos restaurantes dentro de la Reserva. Pudimos obtener los planos y los renders de ese emprendimiento que está bastante confirmado, solo falta que anuncien la licitación pública”, señala a Tiempo Julián Santiago, estudiante de Ciencias Biológicas e integrante de la Asamblea Abierta en Defensa de la RECUCN (Reserva Ecológica de Ciudad Universitaria – Costanera Norte). Desde este espacio decidieron llevar adelante un recurso legal para frenar las obras patrocinados por el Observatorio del Derecho a la Ciudad.

Son 23 hectáreas que ocupa la Reserva y hasta el momento se han registrado 522 animales, entre aves, reptiles, insectos y arácnidos. Entre los mamíferos, se encuentran roedores terrestres, acuáticos y  murciélagos. Respecto a las aves, hay registradas 242 especies que representan alrededor de un cuarto de las aves de nuestro país, entre las que se encuentran: aves de pastizal, acuáticas y de bosque. Hasta el momento, el lugar está provisto de senderos con vista al río. “Hoy la Reserva está gestionada tanto por la UBA como por el gobierno de la Ciudad. Las obras las están realizando sobre un espacio intangible, es decir, que no se puede construir y no hay ningún consenso con la facultad que es quien motivo en su momento que esto se constituyera como una reserva”, agrega Santiago.

El ejecutivo local está manejando la Reserva ecológica como si fuera una plaza pública más de la Ciudad cuando ese lugar necesita otros requerimientos. “Por ejemplo, las personas que están como guías ahora en la reserva no son guarda parques, como deberían ser, sino que son personas contratadas por la Dirección de Plazas del gobierno. La idea de la reserva es que quienes se acerquen tengan un contacto más cercano con la naturaleza y no que se convierta en un polo gastronómico como quiere el gobierno de la Ciudad”, termina.

La Reserva como lugar de recreación e investigación

Miles de estudiantes que realizan sus estudios en la facultad de Ciencias Naturales, elaboran sus tesis finales, o trabajos de doctorados e incluso las prácticas durante la carrera de grado en el ámbito de la Reserva Ecológica. “Estos estudios y prácticas se van a volver cada vez más difíciles si el lugar se transforma en un polo gastronómico. De hecho, en este momento ya hay trabajos de tesis que se están viendo muy dificultados por todas las modificaciones que hubo en la Reserva, a punto que hay compañeros que tuvieron que reformular todos sus trabajos de campo”, explica Julián Santiago y agrega: “El objetivo de la Reserva es que también sea un polo para la educación ambiental”.

Tiempo

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