Al entusiasmo presidencial por un posible rebote económico se le contraponen opiniones divergentes. Mientras tanto, la industria y el consumo muestran números alarmantes. ¿Se cumplirá la metáfora del buzo?
“¿Quieren saber cómo va a crecer la economía? Va a subir como pedo de buzo”. El presidente Javier Milei se entusiasmó ante el auditorio repleto que le preparó la Fundación Libertad, este miércoles, y prometió una rápida recuperación de la actividad. Sin embargo, ni los más entusiastas con la política económica son tan optimistas con el rebote en forma de V. La metáfora gaseosa puede tener dos lecturas. El gas debajo del agua sube rápido, pero también desaparece como un fantasma.
Los más entusiasmados con el programa del gobierno vislumbran un rebote inminente, anclado en el ordenamiento macro vía ajuste fiscal, aunque más moderado que el que espera el Presidente. Los sectores industriales vinculados al consumo interno no la ven. Las caídas brutales que registran distintos sectores productivos, dicen, todavía no tienen piso.
Los datos de actividad económica recopilados hasta marzo inclusive muestran una caída, diría Milei, de proporciones bíblicas. Son muchos y variados. Según la información que recopiló la Unión Industrial Argentina (UIA), la fabricación de automóviles retrocedió 29,4% anual en marzo y el patentamiento de maquinaria agrícola -en donde las expectativas eran mejores- se derrumbó en un 84%. El consumo de energía eléctrica de grandes usuarios industriales fue 13% inferior al de hace un año. FIEL reportó que la industria cayó 13,7% anual en marzo y acumuló una contracción del 9,1% en el trimestre y del 5% contra los últimos tres meses de 2023. Del otro lado, mejoró la medición contra febrero. ¿Burbujeo submarino?
Preocupación
La UIA “no la V”. De a poco, y ante la presión de sus afiliados pymes, se recupera de los festejos por haber puesto al secretario de Trabajo, Julio Cordero, y empieza a manifestar una “muy seria preocupación”. Le marcó al Gobierno “la urgente necesidad de implementar políticas que permitan sostener la demanda”.
La industria metalúrgica cayó 17,7% anual en marzo, con números parejos en las distintas ramas y un descenso en el uso de capacidad instalada de 10 puntos, según la Asociación de Industriales Metalúrgicos (Adimra). La baja desde febrero fue del 2,8%. Elio del Re, presidente de Adimra, le dijo a Cenital: “No hay políticas industriales de contingencia para que esto pare de caer. no hay incentivos al consumo ni a la inversión».
Las industrias pesadas no ven el repunte a la vista. A fines de marzo, Acindar definió suspensiones de cuatro plantas hasta mitad de abril. La puesta en marcha ocurrió el viernes 12, tres días antes de lo estipulado. Pero en el sector notan una caída en la demanda superior a la anunciada, de hasta 50%. Las grandes firmas buscan exportar para compensar parcialmente la caída de la demanda interna.
Bolsillo roto
Las ventas minoristas también se resienten. La Cámara Argentina de Comercio (CAC), una de las más entusiasmadas con la política económica, relevó un retroceso del consumo del 3,8% anual en marzo y una caída acumulada del 3,1% para el trimestre. “Coincidimos con el rumbo económico planteado por el Gobierno Nacional”, dijo Natalio Mario Grinman días atrás, al ser reelegido al frente de la entidad donde pesa fuerte Eduardo Eurnekian, histórico vicepresidente. “Confiamos en que más pronto que tarde los progresos se harán palpables para todos”, se esperanzó.
La Cámara Argentina de la Mediana Empresa relevó caídas del 12,6% anual en marzo, del 22,1% en el trimestre y del 3,2% en la comparación contra febrero. Las ventas cayeron a doble dígito en casi todos los sectores relevados; solo se salvó el textil, con un crecimiento del 10,2%.
La consultora Scentia, que mide el consumo masivo, detectó un retroceso en las ventas de los supermercados y autoservicios del 7,5% anual en marzo y una caída acumulada del 5,1% en el año.
El ejecutivo de una de las empresas más grandes del sector alimenticio contó que las ventas de productos de primera necesidad a sus proveedores caen entre 7 y 8 puntos porcentuales, algo inédito por tratarse de una demanda inelástica (no suele subir mucho en la buena ni bajar demasiado en recesión). Los consumos más prescindibles, como bebidas con alcohol, caen más de 20% anual. “Los números de abril y las perspectivas para mayo son muy malas, nunca vi algo así”, resumió. Las grandes firmas están bajando precios para liquidar stocks y eso ya se ve en los últimos relevamientos de inflación.
Empresas farmacéuticas notan una sostenida caída en las ventas de medicamentos, tanto de venta libre como bajo receta. En el último trimestre, bajaron 8% en enero, 4% en febrero y 16% anual en marzo. La baja es profunda desde noviembre.
La construcción, el sector más castigado por la política oficial, tiene números rojos tanto en obra pública como privada. La producción de cemento cayó 42,9%% en marzo, según la UIA. En el trimestre, los despachos de cemento bajaron un 30%.
Gustavo Weiss, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), no encuentra rebote en V cercano: “La obra pública nacional está 100% parada y sin perspectivas de reinicio; la provincial tiene bajo nivel de actividad, con algunas provincias centrales que tratan de mantener un ritmo; la obra privada depende de sectores como petróleo y gas y telecomunicaciones, pero los edificios continuarán con la inercia y probablemente no empiecen nuevos. También se frenó la obra chica, de particulares, pero que mueve mucho”, detalló a Cenital. “Hemos perdido más de 100.000 empleos a la fecha”, añadió.
En las industrias, el empleo todavía no se resiente de manera generalizada, aunque hay suspensiones y algunos despidos. Según el Observatorio IPA (Industriales Pymes Argentinos) que elaboran las consultoras Marca Pyme y EPyCA, el empleo industrial pyme cayó 1,4% entre noviembre y febrero y se perdieron 16.870 puestos de trabajo. “Cada vez más empresas están empezando a despedir personal, ante la perspectiva de que la crisis económica se extienda en el tiempo”, advirtieron Pablo Bercovich y Martín Kalos, responsables del informe.
No la V
Los especialistas que siguen el pulso de la actividad doméstica tienen dudas sobre el rebote. Según Leandro Mora Alfonsín, economista especializado en industria y desarrollo, “la demanda agregada es consumo, inversión, gasto y exportaciones”. Y detalló: “En el consumo no se ven señales de recuperación; la inversión productiva, por ahora, no está, gasto público no va a haber y las exportaciones vienen oscilantes, con las manufacturas industriales en baja”.
Si bien las exportaciones energéticas repuntan, la Bolsa de Comercio de Rosario revisó a la baja las expectativas de la cosecha, a algo menos de USD 30.000 millones, por un mix de precios bajos y una plaga que afecta al maíz tardío.
Del otro lado, algunos comienzan a ver que la actividad toca piso. Es el caso de Andrés Borenstein, economista de Econviews y la UTDT. “Los datos de marzo no me parecen tan malos, porque hay que mirarlos mes contra mes y ahí creo que el piso de la actividad fue entre febrero y marzo”, dijo. Enumeró que la industria repuntó 1,4% mensual, según FIEL y que la CAC reportó una mejora en las ventas minoristas del 0,8%. “Puede haber un poco más de caída, pero no brutal, y la recuperación probablemente no sea en V ni todo lo buena que el Gobierno ansía”, le dijo a Cenital. Dependerá, agregó, de la recuperación de los salarios.
En esa línea, Emilio Prado, economista de la Fundación Libertad y Progreso, vislumbró un freno en la baja. El Estimador Mensual de Actividad Industrial (EMAE) del INDEC de febrero “sorprendió para bien”, porque “la magnitud de la caída se moderó”, le dijo a este medio. En marzo, los datos son mixtos: a los repuntes de industria y comercio se les contrapone una caída mensual del 11,2% en la construcción, según el índice Construya, y un derrumbe del 18% en la recaudación por IVA, atada al consumo doméstico. “No se vislumbra mucho espacio para un mayor derrumbe, sino más bien una recuperación que, al principio, será heterogénea”, afirmó.
Los dólares de la cosecha y cierta “incipiente recuperación” en algunos salarios ayudarán a la actividad. “Pero la clave estará en la velocidad de la estabilización y qué tan rápido se avance en reformas que incentiven el ingreso de capitales y la inversión”, afirmó Prado.
Para el Gobierno, el crédito privado será un dinamizador de la actividad, pero recién hacia 2025. Los bancos comienzan tímidamente a bajar tasas y ofrecer préstamos al sector privado. Hay un océano de pesos que antes demandaba el Banco Central y ahora no tiene destino.
El Poder Ejecutivo celebra que la inflación baja más rápido de lo esperado. En una presentación ante inversores, en Washington, el vicepresidente del Banco Central, Vladimir Werning, compartió que estiman que el IPC marque 9% en abril y 5,8% en mayo, incluso con fuertes subas en las tarifas de servicios públicos. Si esa estabilización “whatever it takes”, como se lee en la presentación, alcanza para la V de la victoria mileísta, es una incógnita.
Otras lecturas:
«El Gobierno prepara apertura gradual del cepo con prioridad para importadores«. Por Esteban Rafele.
Cenital