Las y los trabajadores denuncian falta de inversión en infraestructura y equipamiento. El antecedente platense.
«Así se terminó una cirugía, por falta de mantenimiento del equipo electrógeno, por un corte de luz». Con esas palabras la comunidad médica del Hospital Durand describió una situación tan extrema como preocupante: el centro de salud porteño se quedó sin luz y en el quirófano debieron apelar a la luz de la linterna del celular para finalizar la operación.
«Esto sucedió este jueves a la mañana. Había dos pacientes operándose. Uno de próstata y otro de hernia. Edesur cortó la luz, los grupos electrógenos del Hospital no funcionan bien, falta de mantenimiento, no sabemos quiénes son los dueños, está tercerizado, no invierten en eso. Los dueños de las empresas se llevan millones, no invierten en insumo y equipamiento, y no ponen personal en cantidad para cubrir estas necesidades», denunció Héctor Ortiz, delegado y parte de los equipos de Salud del Durand.
La comunidad médica viene reclamando por problemas de infraestructura que esta semana dejaron al descubierto una de sus imágenes más crudas. Hace dos semanas, por la presencia de gases tóxicos, las y los trabajadores del Durand suspendieron todas las cirugías de la jornada. Denunciaron que fueron víctimas de mareos, picazón de garganta e irritación ocular, por la aparición de sustancias tóxicas provenientes de las calderas.
El 10 de julio pasado, presentaron una nota solicitando a las autoridades sanitarias que determinen a qué tipo de sustancia está expuesto el personal médico, de enfermería y los pacientes. No tuvieron respuesta.
“Lamentablemente se tuvieron que suspender todas las cirugías por la pérdida de estos gases que no sabemos que son, pero que provocan mareos, picazón en la garganta y mucho ardor en los ojos. El lunes pasado le enviamos un pedido a las autoridades para que realicen los estudios necesarios y establezcan si nos estamos enfrentando a sustancias nocivas para nuestra salud”, explicó en ese momento a Tiempo Luis Ortiz, delegado del Hospital Durand. El pedido fue para la cartera de Salud que conduce Fernán Quirós pero, pese a la urgencia del reclamo, en todos esos días no enviaron a ningún perito del Ministerio para que realizara los estudios pertinentes.
Los trabajadores del Durand aseguran que las empresas tercerizadas que deberían realizar el mantenimiento integral de todo el edificio, no está cumpliendo con los pliegos y que el gobierno de la Ciudad no controla. Así se llegó al problema de ahora de luz y la falta de equipo de generador eléctrico adecuado que posibilitara seguir con la operación.
“Hoy estamos atravesando una situación crítica en el hospital Durand pero esto se repite en prácticamente todos los hospitales de la Ciudad de Buenos Aires. No puede ser que tengamos que hacer cirugías sin luz, o antes tengamos que suspender más de 10 operaciones quirúrgicas porque las tercerizadas no cumplen con el mantenimiento y porque el Ministerio de Salud de CABA no las controla”, agrega Ortiz.
En septiembre del año pasado, el Durand ya había sido noticia por quedarse sin insumos ni recursos y con un déficit importante de profesionales, razón por la cual médicos, médicas y enfermeras se vieron obligados a postergar más de 1000 intervenciones quirúrgicas postergadas.
El antecedente platense de usar la linterna del celular para operar
Las imágenes del cuerpo médico del Durand haciendo la operación a oscuras remitió a otra no tan lejana, pero esta vez en la capital bonaerense. A principios de marzo de 2018 los médicos del hospital Rossi de La Plata operaron con la luz del celular por un apagón: el paciente, un hombre de 75 años que había ingresado con un fuerte cuadro de Epoc murió un día después de la intervención, aunque desde el Ministerio de Salud de la Provincia en ese momento gobernada por María Eugenia Vidal aseguraron que no fue por la falta de suministro eléctrico. Durante la cirugía tuvieron que soportar 8 cortes.
Dos meses después, a inicios de mayo de 2018, esta vez en el Hospital de Niños Ludovica, también en La Plata, debieron operar a una beba con las linternas de los celulares. El procedimiento, una esternoctomía -técnica de cirugía torácica en la que se abre el esternón-, resultó inconcluso por el inconveniente técnico y debió reprogramarse. En el caso del Durand, la concretaron.
Algo está claro: en la medida en que los servicios de energía eléctrica sean deficientes, y en contextos climáticos cada vez más extremos, los centros de salud están obligados a estar en condiciones de equipamiento e infraestructura óptimos para bancarse cualquier desperfecto o corte. El Durand puede dar fe de que no es lo que está ocurriendo.
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