LA ALBERTIZACIÓN DE JAVIER MILEI

“Todos se dan cuenta de lo que pasa menos el presidente”. El lamento del empresario con llegada privilegiada a Javier Milei hace referencia a algo que preocupa, a pesar de los esfuerzos por matizarlo, a casi todo el elenco libertario: la lesión cada vez más profunda del vínculo con los gobernadores y el sistema de partidos, que podría derivar en la aprobación de una serie de proyectos que pongan en jaque el programa financiero del Gobierno.

Una prueba sobre esto se verá mañana en Tucumán, donde, por ahora, Milei tiene confirmada solo la presencia del anfitrión Osvaldo Jaldo y un grupo reducido de mandatarios provinciales entre los cuales la Casa Rosada cuenta a Raúl Jalil y Hugo Passalacqua. El escurridizo Gustavo Sáenz le confirmó asistencia a Karina Milei, pero anticipó en un grupo de WhatsApp que no iba a poder estar. Según pudo averiguar #OffTheRecord, Alfredo Cornejo, Maximiliano Pullaro, Martín Llaryora, Gustavo Valdés, Rolando Ceferino Figueroa, Alberto Weretilneck, Rogelio Frigerio, Claudio Poggi y Marcelo Orrego ya anticiparon su ausencia que podría entrar en revisión con alguna gestión virtuosa del oficialismo. Si a esos se le suman los más lejanos a Milei como Gustavo Melella, Gildo Insfrán, Gerardo Zamora, Axel Kicillof y Sergio Ziliotto, será una foto con menos de una decena de gobernadores. Tal es el riesgo que el Gobierno evaluaba anoche: anunciar un acto sin gobernadores para evitar el impacto de la foto semi vacía. En un escenario de incertidumbre probablemente arroje más interrogantes y modere la seguridad impostada del equipo económico.

Las dificultades de gobernabilidad que enfrenta el oficialismo deben ser uno de los pocos puntos en los que coinciden Santiago Caputo y los Menem (Martín y Eduardo “Lule”) a quienes los separa una tensión prácticamente insalvable que lo único que podría resolver es una indicación expresa del presidente, como cuando saldó el debate sobre la conveniencia o no de un acuerdo con el PRO. Sin embargo, Milei atraviesa un proceso de albertización que le impide conectar con algo por fuera de su algoritmo de Yrigoyen, donde él es el líder más importante del mundo y Argentina el faro global de la libertad.

Esta dinámica propia de la endogamia del poder que se espiraliza con temperamentos inestables podría depositar al gobierno ante su propio Vicentin: una crisis mal gestionada que se transforma en un error autoinfligido y determina un punto de inflexión en el mandato. Si bien está a tiempo de corregirlo, las últimas semanas de Milei fueron preocupantes incluso para quienes registran 100% de pureza libertaria en sangre. “No nos podemos pelear con todo el mundo”, se le escuchó decir a un ministro consternado por el enfrentamiento con el activista de 12 años Ian Moche.

Mientras tanto, el peronismo se huele y explora un rolleo de las discusiones internas que lo paralizaron los últimos dos años. “Logramos el amontonamiento que no es poco, hay que pasar el invierno”, resumía un vértice justicialista luego del encuentro entre Axel Kicillof, Sergio Massa y Máximo Kirchner de ayer a la tarde. “Postergamos el duelo hasta 2027. En el medio pueden pasar muchas cosas. Ahora, una unidad precaria, provisoria y bonaerense. Y vamos viendo: es un montón”, concluía ante #OffTheRecord sin ocultar un sentimiento más parecido al alivio que a la felicidad.

Por lo que pudo reconstruir este medio, esa fue también la sensación de Kirchner, Massa y Kicillof. Probablemente, el primer encuentro en casi 24 meses donde la sensación final es la de comprensión conjunta de los actores del peronismo. “Mi optimismo me hace pensar que nada de lo que podamos hacer mal –y eso que tenemos talento de sobra al respecto– puede arruinar el curso irreversible de los acontecimientos: Milei choca”. El humor se lo permitió otro experimentado dirigente bonaerense entusiasmado por las últimas semanas de LLA que, sin embargo, recuerda que todavía hay distritos en los que las diferencias no están resueltas.

La política aparece en condiciones de desestructurar la estrategia oficial basada en el dólar barato y la inflación en caída porque los problemas de la estrategia económica oficial son, como se viene insistiendo en este espacio, constitutivos y estructurales.

El flujo de divisas, en Argentina, tiene características fuertemente estacionales. El factor más relevante para esa estacionalidad es la oferta de dólares, abundante por la liquidación en la época de cosecha y relativamente escasa en los meses posteriores. El Gobierno decidió una salida parcial del cepo lejos del techo de la banda que acordó con el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que le significó menos inflación –del pico de marzo a una línea de resistencia en el núcleo en torno a los dos puntos– pero que agravó los problemas de sostenibilidad del tipo de cambio.

Si en la mejor época de liquidación del campo la acumulación de reservas fue nula y el dólar tampoco perforó el piso de $1.000 con el que especulaba el presidente y el ministro de Economía, ¿cuál va a ser el valor de la divisa norteamericana pasado el momento de mayor oferta? La suba superó el 10% en la última semana de junio y siguió con el impulso en la jornada de ayer. Mientras, las compras de privados se mantienen a un ritmo de dos mil millones mensuales tras el levantamiento de las restricciones. ¿Podrá el Gobierno seguir sosteniendo el actual esquema, cuyos problemas para la competitividad son evidentes para cualquiera que compare el costo de cenar en Buenos Aires y en Madrid?

El riesgo evidente de una devaluación es la disparada de la inflación, muy por encima del 2% mensual y más cerca de los niveles de marzo, con el agravante de la irracionalidad de los mercados –acostumbrados a inflar burbujas– también opera en la salida. Una estampida de desarme de posiciones en pesos sería fatal para la estrategia oficial. “Si te parece que está barato, comprá, campeón”, dijo hace unos días Luis Caputo en una charla para empresarios. El movimiento del mercado de futuros, a pesar de la intervención oficial, hizo recordar tiempos de Miguel Pesce y dejó claro que los agentes económicos le hicieron caso a la irónica recomendación del ministro.

No es el único problema para el Gobierno. Según reveló Pablo Ibáñez en Cenital, hay una conexión entre José Luis Espert y Federico Machado, más conocido como “Fred”, que está detenido –con arresto domiciliario– en Viedma tras una orden de Interpol por narcotráfico y lavado de dinero de –según la Justicia federal– 550 millones de dólares proveniente de la venta de cocaína. Según un parte de inteligencia de una fuerza de seguridad elaborada para el seguimiento de Machado a pedido de la Justicia de Estados Unidos, el narco se movía en camioneta Jeep Grand Cherokee blindada, dominio OIO 592, que estaba a nombre de Claudio Cicarelli, primo de Machado y su socio local.

El vehículo, según el parte de inteligencia al que accedió este medio, tenía 6 cédulas azules, entre ellas, cita textual, “Espert José Luis, DNI N°14.623.37” (y) “Etchepare Nazareno Gabriel, DNI N°24.788.387”. En el registro interno le falta un número al DNI. Etchepare, en tanto, fue el jefe de campaña de Espert en 2019, ocasión en la que Espert viajó en un avión propiedad de una de las empresas de chárter de Machado. De ese viaje, queda el registro de una foto de ambos. Según un testimonio periodístico, Espert usaba esa camioneta Jeep durante la campaña y, de hecho, durante un episodio en que fue apedreado en una autopista, se destacó la fortuna de que la camioneta fuera blindada.

Se le suma a la polémica del avión negro donde la impugnación a manejos opacos y la reacción oficial recuerda, de manera incómoda para ambos polos, lo ocurrido durante el kirchnerismo. La improbabilidad de que esta causa avance en la Justicia, no debería ser un calmante para el oficialismo. En un año y medio de gestión, LLA ya tiene todos los pasivos que a Néstor y Cristina Kirchner le llevó seis años acumular sin el crecimiento a tasas chinas que signó los primeros años pingüinos. El episodio, además, tiene un riesgo extra: la filtración de las imágenes surgieron desde la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), una fuerza que depende de Patricia Bullrich, pero donde informalmente están involucrados actores de mundos diversos. No son pocos en Casa Rosada que ven este episodio como parte de una de las múltiples internas que atraviesa el Gobierno y amenazan con desangrar aún más la gobernabilidad libertaria.
 

Sobre los temas que son relevantes para el día a día de la sociedad, Federico Poore contó en la última edición de su newsletter #UnaCalleMeSeparaque los trabajadores jóvenes con empleo formal deben destinar más de la mitad de su salario para poder alquilar un monoambiente en CABA. El dato es doblemente importante si uno considera que el trabajo en blanco hoy escasea –en especial entre los jóvenes– y si se tiene en cuenta que el alquiler no forma parte de la canasta que mide la pobreza. En la nota hay también proyectos de otros países de la región que demuestran que hay alternativas. 


Iván Schargrodsky | Cenital

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