En Argentina ya era de noche cuando desde Japón llegó la noticia de que el Nikkei había declinado un 12,4% en las aperturas de sus operaciones bursátiles: se trataba del mayor descenso diario desde octubre de 1987.
Varias cuentas de la red social X comenzaron a replicar el pánico que comenzaba a emerger en el mundo financiero. Incluso, la repercusión fue comentada por varios integrantes del Gobierno Nacional.
«Crasheo Japón, se viene una masacre bursátil en todo el mundo. La culpa es de Estados Unidos, como siempre, que sigue administrando una crisis de deuda en vez de solucionarla. Recarguen las armas, gordos se viene, esta vez puede ser en serio», tuiteaba el usuario Juan Doe, una de las principales espadas libertarias en esa red social.
Este es, nada más y nada menos, que el pseudónimo que utiliza Juan Pablo Carreira, director nacional de Comunicación Digital de la Presidencia de la Nación, alguien ligado estrechamente al asesor presidencial Santiago Caputo.
Esto contrastó en lo que buscó demostrar el Gobierno durante toda la jornada del lunes con los mercados argentinos ya abiertos. Javier Milei le comunicó a su círculo íntimo que no haría ninguna declaración en particular sobre esa cuestión y que iría a la Casa Rosada pese a ser lunes (generalmente va los martes y jueves, cuando coincide con las reuniones de Gabinete).
La única excusa era verse con el flamante medallista olímpico en BMX, José «El Maligno» Torres Gil, a quien recibió con los brazos abiertos en el primer piso de la Casa Rosada y le hizo un tour por su despacho, el balcón que da a la Plaza de Mayo y el Salón de los Bustos Presidenciales. Minutos antes había hablado el vocero presidencial, Manuel Adorni, que relativizó el desplome en las bolsas globales y dijo que la confianza en la Argentina iba a prevalecer pese a todo.
«Nosotros tenemos claro dónde está la solución para la Argentina y dónde está nuestra tranquilidad, que es básicamente en las cuentas públicas y en demostrar todos los días que la inflación está bajando, y que además queremos llevar a Argentina por un camino de seriedad y hacer un país normal», agregó durante su habitual conferencia de comienzos de semana.
Después de la visita del deportista argentino, Milei se quedó en su despacho y almorzó con Adorni. Ambos repasaron la coyuntura, aunque el Presidente prefirió dejar las conversaciones exclusivamente financieras con uno de los integrantes del Consejo de Asesores Económicos que viajó a la Casa de Gobierno a visitarlo.
Durante este interín, el asesor financiero opinó que la caída global no afectaría en mayor medida a la Argentina: «No me parece que sea algo demasiado para preocuparse porque no ha habido ningún cambio propio en el país. Es todo por la bolsa japonesa, que cayó 20% en tres días».
«Hace décadas que había conveniencia en tomar deuda en yenes porque el Banco Central de Japón tiene una tasa de interés muy barata. Especuladores se endeudan y compran dólares. El problema es cuando ese mecanismo se pone en reversa a una velocidad récord», explicó.
Una lectura parecida hacían en el Ministerio de Economía. Aunque el impacto en el orden local resultaba ineludible, los integrantes del Gabinete Económico indicaban que este podría haber sido mucho mayor de no haber habido un mínimo de orden macroeconómico interno o el cepo cambiario, lo de este lunes habría sido «una calamidad».
El Cronista