La dirigente social jujeña Milagro Sala, que cumple prisión domiciliaria hace poco más de seis años, fue reconocida por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) con el premio «Rodolfo Walsh». Por el empoderamiento de las mujeres, por la reivindicación de los valores de los pueblos indígenas, por su trabajo social y sindical fueron los argumentos del galardón, que también se reivindicó como «un acto de denuncia a la guerra de lafware«.
El premio le fue entragado a Sala en su casa de San Salvador de Jujuy, donde cumple prisión domiciliaria por distintas causas impulsadas por la administración del gobernador Gerardo Morales, desde su llegada al poder en 2016. La distinción fue impulsada por la agrupación estudiantil Rodolfo Walsh y aprobada por el Consejo Directivo de la Facultad de Periodiosmo de la UNLP.
El galardón –que en ediciones anteriores fue entregado a la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, o el ex presidente de Ecuador Rafael Correa– fue para Sala en reconocimiento de su «trayectoria y obra». Sala, de 58 años, realiza desde principios de la década del 90 trabajo social en los barrios humildes de la capital provincial, en prinicipio desde el sector sindical que la llevó en 1999 a fundar la organización barrial Tupac Amaru, dentro de la estructura de la CTA, y levantar el incóninco barrio de la organización en el barrio Alto Comedero.
El documento que fue aprobado por el Consejo Directivo de la UNLP para asignar el premio reconoce cómo, a través de la Tupac Amaru, impulsó la construcción de viviendas, escuelas y colegios primarios y secundarios, instituto de estudios terciarios, centros de salud, centro de rehabilitación médica integral, centros integrales comunitarios, salas de cuidado de la infancia, comedores, polideportivos y piletas y centro culturales.
También destaca la «reivindicación de la cultura, los principios y valores de los pueblos indígenas» y la lucha por «el empoderamiento de las mujeres, tanto en su rol de trabajadoras y como lideresas». En ese sentido, recuerda otra políticas de reparación desplegadas por la Tupac en busca de la incorporación de trabajadores y trabajadoras a través de la generación de empleo en cooperativas de vivienda y cooperativas textiles.
Además, el premio resalta la situación que la dirigente gremial atraviesa desde la llegada de Gerardo Morales a la gobernación de la provincia, cuando logró reacomodar puestos clave en el Poder Judicial provincial para avanzar con una serie de causas que mantengan a la dirigente privada de la libertad.
«Este premio no es ajeno al contexto político en el que estamos, también valida una vez más el pedido de libertad a nuestros y nuestraas compañeros y compañeras. Implica también, un acto de denuncia a la guerra de Lafware que están sufriendo nuestros pueblos latinoamericanos», sentencia el documento aprobado por el Consejo Directivo de la UNLP.
De la entrega del galardón en la casa de Milagro participaron la decana Andrea Varela; la presidenta del Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires y docente de la Facultad, Florencia Saintout; la secretaria académica de Periodismo, Ayelén Sidun, y la concejala y docente Ana Negrete.
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