La empresa municipal de transporte de Rosario MOVI anunció el llamado a licitación para la reconversión de 10 colectivos diésel a trolebuses. Se trata de una alternativa más económica que la incorporación de unidades cero kilómetro, ya ensayada por la ciudad: actualmente hay cuatro coches de este tipo circulando y un quinto en proceso. Buscan reforzar la flota de la única línea de trolebuses que opera, la K. La difícil situación de la línea Q.
La empresa municipal de transporte rosarina, MOVI, anunció el llamado a licitación para la reconversión de 10 colectivos diésel en trolebuses.
Las tareas a realizar incluyen “los trabajos de recarrozado, reconversión de los coches diesel a eléctricos [y la incorporación de] todos los elementos establecidos para prestar servicio en el transporte urbano de pasajeros”. En cuanto a las principales especificaciones técnicas, se consideran capacidad mínima de 25 asientos, sistema de aire acondicionado frío-calor y un máximo de velocidad de 60 kilómetros por hora.
La incorporación de estas diez unidades adicionales apunta a reforzar el servicio de la línea K de trolebuses, que conecta el oeste rosarino con la Ciudad Universitaria, y que es la única que circula actualmente, ya que la Q se encuentra suspendida (ver detalle más abajo).
No es la primera vez que Rosario apela a esta solución: ya hay cuatro coches reconvertidos circulando, y un quinto en proceso. Su puesta en marcha, producto de un trabajo en conjunto con la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y con empresas locales, constituyó una gran novedad y permitió fortalecer la flota eléctrica de la ciudad por una fracción del costo que hubiera implicado comprar unidades cero kilómetro.
Se estima que estas diez unidades reconvertidas se sumarán a las cinco arriba mencionadas y al resto de la flota de trolebuses actualmente en circulación, compuesta por coches Volvo-Marcopolo-Powertronics de origen brasileño -incorporados en la década de 1990 y recarrozados desde 2011, a excepción del coche 08 que conserva su carrocería original- y por unidades Trolza Megapolis adquiridas a Rusia a mediados de la década pasada.
La situación de la línea Q
Los coches Trolza funcionaron durante varios años en la línea Q, inaugurada en 2017, que conectaba a la Ciudad Universitaria con la zona sur de Rosario.
Para la puesta en marcha de esta línea, se adquirieron unidades que funcionaban conectadas a la red eléctrica y con batería para circular de forma autónoma. Esto se debe a que gran parte del tramo se realizaba sin catenarias, y el resto del recorrido era compartido con la línea K, donde funcionaba conectada a la red que permitía, a su vez, la recarga de las baterías.
Sin embargo, en 2023, ante recurrentes fallas en las baterías de las unidades rusas, sobre todo en épocas de altas temperaturas, y la imposibilidad de solicitar asistencia técnica al fabricante –cerró sus puertas en 2020– la línea dejó de circular ante la falta de coches. La ausencia de catenarias en el tramo no compartido con la línea K impidió utilizar flota existente para garantizar el servicio, que hasta el día de hoy sigue suspendido y sin perspectivas de volver en el corto plazo.
Las unidades Trolza actualmente funcionan en la línea K sin utilizar las baterías –solamente con la alimentación vía catenaria–, aunque no se encuentran exentas de otros inconvenientes, como el desgaste producido por el mal estado de las calles.
La incorporación de las 10 unidades reconvertidas permitirá mejorar sensiblemente las prestaciones de la única línea de trolebuses activa en la ciudad. Sin embargo, los esfuerzos puestos en la línea K contrastan con la incertidumbre sobre la línea Q, cuya vuelta parece difícil en el actual contexto.
Por otra parte, los proyectos impulsados por la Municipalidad de Rosario en años anteriores, para recuperar dos de las líneas históricas de la red de trolebuses -la M, Rosario Sur – Terminal de Ómnibus, y la I, Plaza Alberdi – Plaza Sarmiento-, parecen haber quedado en el olvido. En aquel entonces, la iniciativa había fracasado por la resistencia del Concejo Deliberante, que se oponía a la toma de deuda para construir la infraestructura y adquirir los vehículos necesarios.
Cabe recordar que en la actualidad sólo Rosario y Córdoba conservan líneas de trolebuses en operación.
Mendoza, que supo tener una de las redes más extensas del país, comenzó en la última década el “cambio de tracción” a ómnibus diésel, y recientemente inició los trabajos para desmantelar la infraestructura de catenarias, abandonando definitivamente este medio de transporte.