VISITA A REPRESORES: DESPIDO DEL CURA QUE ORGANIZÓ LA REUNIÓN

El sacerdote Javier Olivera Ravasi, señalado como el organizador de la reunión entre los diputados de La Libertad Avanza y un grupo de represores condenados por delitos de lesa humanidad, fue expulsado hoy del Obispado de Zárate-Campana debido a «sus expresiones y actitudes que se oponían al testimonio cristiano».

Por qué importa.

Los legilsadores libertarios Beltrán Benedit, Lourdes Arrieta, Guillermo Montenegro, Rocío Bonacci, Alida Ferreyra y María Fernanda Araujo visitaron el 11 de julio a un grupo de represores en el penal federal de Ezeiza. Entre ellos estaban Alfredo Astiz, Ricardo Cavallo y Raúl Guglielminetti. El hecho provocó un repudio de bloques opositores, que impulsaron sin éxito sanciones contra sus colegas.

En detalle.

La diócesis advirtió a través de un comunicado que «recibieron numerosas quejas en reiteradas ocasiones» por las «expresiones y actitudes» de Olivera Ravasi que «se oponían al testimonio cristiano, máxime proviniendo de un sacerdote». «Se le pidió un cambio de actitud y comportamiento en su proceder», sostiene el texto, y sentencia: «Al no observarse el cambio requerido se le ha comunicado que en adelante no tiene autorización para residir en esta Diócesis».

Quién es Olivera Ravasi.

Hijo de un exmilitar condenado por delitos de lesa humanidad durante dictadura cívico militar, Olivera Ravasi impulsó una iniciativa para que los represores mayores de 70 años cumplan sus condenas en sus casas. Además, es cofundador de la Orden San Elías, «una sociedad de vida apostólica que tiene por fin la misión ‘ad gentes’ y el apostolado de la contra-revolución cultural». En sus redes sociales se ha pronunciado contra la Educación Sexual Integral (ESI) y ha brindado charlas con «transformados» sobre si «es posible salir de la homosexualidad».

Además.

La salida de Olivera Ravasi se anunció luego de que distintas voces dentro de la Conferencia Episcopal Argentina se desligaran del hecho y cuestionaran lo sucedido. Su vocero, Máximo Jurcinovic, había asegurado que «lo expresado y actuado por el sacerdote no corresponde ni al pensamiento ni a la actitud» de la organización eclesiástica. En ese sentido, el obispo auxiliar y vicario general de Buenos Aires, Gustavo Carrara, remarcó ayer: «No es representante de la mirada de la Iglesia en la Argentina. Aquellos que han cometido delitos de lesa humanidad y están condenados tienen que cumplir su condena». «No conozco a ese sacerdote y tengo el gusto de no conocerlo», cuestionó el sacerdote Lorenzo «Toto» de Vedia.

El comunicado.

El sacerdote, Presbítero Javier Olivera Ravasi, está incardinado en la Diócesis de San Rafael, Provincia de Mendoza, y fuera de la misma desde hace varios años.

Por razones familiares que aludió, solicitó residir en esta Diócesis de Zárate-Campana, lo que se le concedió por el término de cuatro meses, desde el 20 de agosto de 2019 hasta el 31 de diciembre del mismo año, quien posteriormente dejó el lugar y retornó varias veces sin aviso alguno. 

Dado que en reiteradas ocasiones, se recibieron en este Obispado numerosas quejas fundadas por sus expresiones y actitudes, que se oponían al testimonio cristiano -máxime proviniendo de un sacerdote-, se le pidió un cambio de actitud y comportamiento en su proceder. 

Al no observarse hasta el presente el cambio requerido en su actitud, y teniendo en cuenta que el mencionado sacerdote no pertenece a esta Diócesis de Zárate-Campana, así como por el bien de la comunidad diocesana, hechas las consultas pertinentes, se le ha comunicado que en adelante no tiene autorización para residir en esta Diócesis.

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