CON SEÑALES DISÍMILES, EL PERONISMO SALE DE A POCO DEL ESTADO DE «SHOCK»

Este sábado corrió el rumor de que Scioli se sumaba al nuevo gabinete, lo que fue desmentido por su entorno. La reagrupación de los gobernadores. Los que vuelven al llano y el debate que viene.

Aturdido por el contundente golpe en las urnas, el peronismo está desordenado y disperso. Como todavía no hay una instancia clara donde decidir los pasos a seguir, la diáspora empeora. A esto se suma que tampoco aparece una o un líder claro que encabece el proceso de reconstrucción, por lo que el paisaje ahora opositor está propicio para el surgimiento de todo tipo de dichos cruzados.

Este sábado por la tarde corrió rápido el rumor de que el embajador argentino en Brasil Daniel Scioli sería el nuevo secretario de Turismo de Javier Milei. En diálogo con Tiempo, fuentes cercanas al funcionario lo desmintieron. “Por ahora le pidieron a Daniel que siga en la embajada por su vínculo con Lula. Termina el 9 de diciembre y para nombrarlo en el mismo cargo de nuevo el gobierno necesita el acuerdo del Congreso. Pero, por ahora, no tiene fecha de salida”, aclararon. Es que más allá de los insultos que Milei le profirió al mandatario vecino -le había dicho corrupto-, este martes Lula fue claro al remarcar: «no tiene por qué gustarme el presidente de Chile, de Argentina o Venezuela. No tiene por qué ser mi amigo. Él tiene que ser presidente de su país, yo tengo que ser presidente de mi país. Tenemos que tener una política de Estado brasileña y él tiene que tener la suya. Tenemos que sentarnos a la mesa, cada uno defendiendo sus intereses. No puede haber supremacía de uno sobre el otro, tenemos que llegar a un acuerdo. Ese es el arte de la democracia».

El pragmatismo brasileño coincide con el de Scioli que logró trazar una buena relación con Jair Bolsonaro durante la presidencia de Alberto Fernández, es decir, dos gobiernos de signo político distinto que priorizaron los intereses comerciales, pero, sobre todo, de entramado productivo que existe entre ambos países.

En tanto, uno de los que parece tener destino distinto es el saliente ministro de Obra Pública Gabriel Katopodis: el llano. Después de haber gastado su voz en recorridas por distintas obras para pedir el voto al peronismo, “Kato” posteó este sábado que “Milei empezó mal”. “Comenzaron a llegar los telegramas de despido y serán cientos de miles de trabajadoras y trabajadores los que perderán sus empleos, y sus familias enfrentarán dolor y sufrimiento. No sólo eso, provocará que cientos de Pymes  y empresas de la construcción vuelvan a estar en convocatoria de acreedores, tal como sucedió en 2018/19 con el Plan Económico de Mauricio Macri”.

Katopodis no quiso ser candidato, retuvo su territorio, no se refugió en el municipio, no fue candidato a concejal o a la legislatura. En San Martín, sus pagos, ganó Fernando Moreira, su socio político, “no su hermano, hijo o culata”, por lo que ratifica un modelo de gestión que lleva 12 años.

En tanto, mientras los gobernadores peronistas están en periodo de reacomodamiento, los mandatarios radicales y del PRO ya se juntaron y emitieron un comunicado en donde expresaban su preocupación por los fondos que baja el Estado Nacional. Bajo la crítica a las medidas que tomó Sergio Massa sobre los impuestos coparticipables de ganancias e IVA (cuya devolución sólo dura hasta diciembre), los dirigentes expresaron una solapada preocupación a futuro sobre su suerte. Es que Milei criticó esa política redistributiva de tinte federal y la comparó con una violación. Del lado de enfrente, los mandatarios peronistas están comenzando a contactarse para trazarse una línea de acción conjunta, aunque todavía no hubo un encuentro y mucho menos una comunicación conjunta. El único gobernador que hasta el momento logró una reunión con Guillermo Francos, futuro ministro de Interior -cargo que vincula al Ejecutivo con las provincias- fue el reelecto Axel Kicillof.

Sin embargo, más allá de los colores políticos, los gobernadores petroleros levantaron la mano ante las intenciones privatizadoras de Milei. Ante esta amenaza, Claudio Vidal, quien asumirá en Santa Cruz el 10 de diciembre, confirmó que quitará áreas a la operadora petrolera estatal, con el objetivo de recuperar para la provincia los llamados yacimientos maduros, es decir, los pozos viejos que ya no son explotados por la empresa pero que, asegura, “tienen mucho para dar todavía”. “Todos sabemos muy bien que son parte de la economía regional y que generan empleo y sostienen a muchas Pymes”, expresó esta semana en sus redes sociales.

Una fuente del sector explica que, si bien YPF nunca quiso descapitalizarse y entregar el manejo de áreas a las provincias, eso puede cambiar ahora porque la petrolera se puede empezar a desprender de sectores. Vidal es uno de los gobernadores nuevos a quien miran con atención. De origen peronista y extracción sindical, ganó con el apoyo de un frente muy amplio, que incluyó peronistas, radicales y dirigentes del PRO. Integra la liga de gobernadores petroleros junto con Ignacio Torres, de Chubut, Rolando Figueroa, de Neuquén, Alberto Weretilneck, de Río Negro y Gustavo Melella, de Tierra el Fuego. Vidal, junto con Torres se reunió esta semana con quien estará a cargo de YPF, Horacio Marin, exdirectivo de Tecpetrol (Techint), y junto con Rogelio Frigerio por el NOA, quien asumirá en Entre Ríos, se presentan como dos articuladores importantes en el nuevo escenario.  «

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