EL FERROCARRIL EN EL DEBATE

Recientemente una importante decisión del Ministerio de Transporte de la Nación, puso en la escena pública la opción de los ciudadanos de la Ciudad de Buenos Aires y su Área Metropolitana, para renunciar al subsidio a la tarifa del transporte de pasajeros.
De tal modo fue puesta en evidencia la importancia de la RENTA SOCIAL del Transporte, que constituye un BENEFICIO PÚBLICO para el conjunto del Pueblo Argentino y en particular de los usuarios del servicio.
Sincera asimismo la necesidad de reconocer los COSTOS ASUMIDOS por el Estado, para el eficaz funcionamiento de la conectividad y la movilidad pública.
Aun restaría la generalización de tal criterio hacia los demás modos de transporte en todo el país, tema fundamental para la comprensión de la importancia de la medida adoptada.
Curiosamente, un candidato presidencial contrapone como su mejor idea la de “privatizar” el ferrocarril, aludiendo a que en tiempos de los “ferrocarriles ingleses” teníamos el mejor ferrocarril del mundo.
Tal ejemplo no solo atrasa, es extemporáneo, es erróneo, es una falsa argumentación desde todo punto de vista.
El candidato pretende volver a un sistema superado por lo sucedido en la década de 1990, que no solo fue un fracaso generalizado en Argentina, al ver reducida la red en servicio, la cantidad de trenes en circulación, el material rodante desguazado, el incremento del llamado déficit (diferencial al cierre de ejercicio), el incremento de los aportes del Estado (subsidios), sino también en casi todos los países que implementaron procesos similares.
Como en Gran Bretaña, cuyo primer ministro conservador (sucesor de la Thatcher, John Major) se vio en la necesidad de re-estatizar la red ferroviaria inglesa tras el desastre causado por la empresa privada que la tuvo a cargo durante años.

Una idea propia de una enorme ignorancia y total desconocimiento de la economía del transporte, cuyo concepto de RENTA SOCIAL está generalizado en la Unión Europea y numerosos países desarrollados.
Argentina debe continuar su recuperación ferroviaria, iniciada a partir de las importantes decisiones de rescate de concesiones desde el año 2006, renovar su infraestructura y recuperar el crecimiento del transporte de pasajeros y de cargas en todo el país, acorde al crecimiento poblacional y al crecimiento de la producción y la economía.
Hoy, aquel ferrocarril que antes tuvimos, no puede caer en una nueva frustración, debe volver al futuro que lo lleve a trabajar para el desarrollo socio-económico del Pueblo Argentino, porque sabemos que donde hay trenes hay vida.

Instituto Argentino de Ferrocarriles (IAF)

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