En el marco de la causa que inició el Colegio de Abogados de San Isidro.
Expertos de un laboratorio privado tomaron muestras del curso inferior del arroyo El Claro que posibilitarán luego de su análisis concluir su grado de contaminación previo a la desembocadura en el río Reconquista.
En el marco de la causa iniciada por el Colegio de Abogados de San Isidro el año pasado, se tomaron 6 muestreos según la influencia del área industrial y residencial en el cual obtuvieron la temperatura, pH, oxígeno disuelto y conductividad. Además analizarán las muestras en el laboratorio en búsqueda de metales pesados, lo que se espera concluya en aproximadamente dos semanas.
El abogado Eduardo Mur, integrante del Instituto de Derecho Ambiental del Colegio de Abogados de San Isidro explicó que “estamos haciendo lo que debería hacer el Estado” que es “tomar estas muestras para determinar si (las plantas ubicadas en) el parque industrial El Triángulo contaminan o no” el arroyo.
Su colega Mariano Llorente agregó que “esto es algo que nos afecta a todos y dada la inacción de las autoridades es que estamos llevando el trabajo. En 15 días vamos a tener el resultado y lo vamos a sumar a la causa”, que lleva el número 14-08-2027/2018 en trámite ante la UFI de Tigre.
El experto Miguel Sainz del Laboratorio Toska, explicó que las muestras permitirán determinar “si lo que encontramos en el agua es normal o materiales pesados, que son indicadores de una actividad industrial, que no debería tener un vuelco sin un tratamiento previo”.
Mariano López de la firma Environmental Services for Industries (ES4I) indicó que “el PH está cerca de 9, lo que indicaría que hay algún tipo de aporte que hace que se eleve por encima del valor normal que podría ser de entre 6 y 8”.
La denuncia la inició Mur luego de registrar cómo llegaba por una acequia paralela a la colectora de Panamericana Ramal Escobar un líquido “de color marrón con olor pestilente y muy ácido que denota la presencia de químicos” que al entrar en contacto con el curso del arroyo El Claro generaba espuma. De este canal que vierte en el arroyo se desconoce el origen, ya que se adentra en la zona industrial y la única manera de determinarlo sería a través de los organismos ambientales competentes.
El abogado alertó que al final de su recorrido “se encuentran al menos seis guarderías náuticas” y que esta contaminación “hace peligrosa la práctica de deportes náuticos” además de las afecciones que causa en los pobladores de los barrios aledaños a este curso de agua.
(InfoBAN)